| La dieta mediterránea |
Bien inmaterial inscrito en 2010, ampliado en 2013.19 |
Este elemento es compartido con Chipre, Croacia, España, Italia, Marruecos y Portugal |
La dieta mediterránea comprende un conjunto de conocimientos, competencias prácticas, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca y la cría de animales, y también con la forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos. El acto de comer juntos es uno de los fundamentos de la identidad y continuidad culturales de las comunidades de la cuenca del Mediterráneo. Es un momento de intercambio social y comunicación, y también de afirmación y renovación de los lazos que configuran la identidad de la familia, el grupo o la comunidad. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial pone de relieve los valores de hospitalidad, buena vecindad, diálogo intercultural y creatividad, así como un modo de vida que se guía por el respeto de la diversidad. Además, desempeña un papel esencial de factor de cohesión social en los espacios culturales, festejos y celebraciones, al agrupar a gentes de todas las edades, condiciones y clases sociales. También abarca ámbitos como la artesanía y la fabricación de recipientes para el transporte, conservación y consumo de alimentos, como platos de cerámica y vasos. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la transmisión de las competencias y conocimientos relacionados con la dieta mediterránea, salvaguardando las técnicas culinarias, respetando los ritmos estacionales, observando las fiestas del calendario y transmitiendo los valores de este elemento del patrimonio cultural a las nuevas generaciones. Por su parte, los mercados locales de alimentos también desempeñan un papel fundamental como espacios culturales y lugares de transmisión de la dieta mediterránea en los que la práctica cotidiana de intercambios fomenta la concordia y el respeto mutuo. (UNESCO/BPI)
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| Conocimientos y prácticas del cultivo del mástique en la isla de Quíos |
Bien inmaterial inscrito en 2014. |
El mástique, resina aromática extraída del arbusto pistacia lentiscus, es una especialidad de la isla de Quíos, reputada desde mucho tiempo atrás por sus múltiples propiedades. El cultivo de este arbusto constituye una ocupación familiar que exige, a lo largo de todo el año, una atención esmerada por parte de los hombres y mujeres de toda edad que participan por igual en las diferentes fases de producción del mástique. En invierno, los hombres se encargan de la fertilización natural de los arbustos y de la poda de sus ramas, mientras que las mujeres, a `partir de mediados de junio, limpian y nivelan el suelo alrededor del tronco para recolectar el mástique con mayor facilidad. A partir del mes de julio, se practican incisiones con un utensilio de hierro en la corteza del tronco y de las ramas más grandes de los arbustos, a fin de sangrar su savia. Una vez que ésta se ha solidificado, las mujeres seleccionan y limpian las “lágrimas” de mástique, lavándolas y colocándolas en cajas de madera que almacenan en un lugar fresco. Los miembros de más edad de la comunidad se encargar de enseñar a los más jóvenes las técnicas de incisión de los arbustos y de recolección del mástique. El cultivo de este arbusto es una actividad social colectiva que ha permitido no sólo crear redes de alianza y ayuda mutua, sino también ofrecer la oportunidad de perpetuar la memoria de la comunidad con la narración de narrar leyendas y relatos antiguos. (UNESCO/BPI)) 20
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| La artesanía del mármol tiniota |
Bien inmaterial inscrito en 2015. |
El arte de esculpir el mármol constituye una expresión de la identidad cultural de la isla de Tinos. Los marmolistas poseen conocimientos empíricos sobre la composición y estructura de las rocas marmóreas, las propiedades de cada tipo de mármol y la manipulación de sus vetas. En sus talleres producen una gran cantidad de motivos, modelos y símbolos tradicionales, entre los que figuran cipreses, flores, pájaros y navíos. Todos ellos se basan en un conjunto simbólico común de tradiciones religiosas, mágicas y orales, y lo perpetúan al mismo tiempo. Los motivos esculpidos en edificios, señalizaciones de caminos, iglesias y cementerios cumplen una función propiciatoria y apotropaica. En cambio, los esculpidos en recipientes y tragaluces de mármol tienen por objeto atraer salud y prosperidad. Los artesanos del mármol se agrupan a veces en equipos para la realización de proyectos de vasta envergadura, y otras veces trabajan solos para satisfacer los pedidos de poca monta. La transmisión de sus conocimientos y técnicas se rige por prácticas ancestrales. Los aprendices empiezan realizando tareas de menor importancia, como ordenar las herramientas de sus maestros y limpiar los talleres, y luego se les habilita para que aprendan a dibujar y adquirir la destreza manual necesaria. Cada maestro supervisa y guía a dos aprendices, que suelen ser miembros de su familia. Cuando finalizan su formación, los aprendices reciben el título de maestros artesanos junto con un pequeño estuche de herramientas. Casi una cuarta de los aspirantes al título de maestro son mujeres, lo cual pone de manifiesto la evolución considerable que se ha registrado en la artesanía del mármol, que hasta una época reciente era una actividad exclusivamente masculina. (UNESCO/BPI) 21
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| La “Momoeria”, celebración del Año Nuevo en ocho pueblos de la región de Kozani (Macedonia Occidental, Grecia) |
Bien inmaterial inscrito en 2016. |
En varios pueblos de la región de Kozani, situada al noroeste de Grecia, numerosos actores, bailarines y músicos representan desde el 25 de diciembre hasta el 5 de enero espectáculos callejeros y visitan las casas de los vecinos para festejar la llegada del Año Nuevo. Los 30 bailarines de la comparsa llamada la “Momoeria” suscitan una especial atención. Representan a los sacerdotes de Momo, dios de la risa y la sátira, o a los generales de Alejandro Magno. Vestidos con yelmos, faldas plisadas y calzado tradicional, bailan a las órdenes de su comandante blandiendo bastones para impetrar de las fuerzas de la naturaleza que no pongan en peligro los medios de subsistencia de los aldeanos. Entretanto, en torno a los bailarines y al son de la música de fondo, algunos actores representan una obra satírica muy conocida con personajes como un anciano y un diablo, e invitan al público a que les gasten bromas, lo cual crea un ambiente muy jocoso. Esta obra teatral puede presentar diferentes variantes, según el pueblo en que se represente. Entre los instrumentos musicales utilizados destaca la gaita. Esta práctica cultural tiene por objeto desear a las comunidades aldeanas un próspero Año Nuevo, en el que sus hijos crezcan sanos y se recojan buenas cosechas. Hoy en día, esta celebración tiene también por finalidad fomentar la gestión sostenible de los recursos naturales. Los festejos culminan en las plazas mayores de los pueblos, donde todos los habitantes cantan y bailan en torno a una hoguera hasta el amanecer. Transmitida de modo informal por las generaciones de más edad a las más jóvenes, esta fiesta forma parte integrante de la identidad cultural de la comunidad y contribuye a la integración social. (UNESCO/BPI) 22
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